
Magnífica serie de la BBC (otra más) que empecé a ver porque el protagonista es uno de los actores de The Wire, lo cual es un motivo de peso para mí. Hablo en este caso de Idris Elba, uno de mis favoritos.
DCI John Luther (DCI debe significar Detective Chief Inspector, creo) tiene unos momentos de abstracción moral en los que se acerca a la criminalidad (se salta ciertos pasos), aunque no le suele quedar más remedio el tipo no está para sutilezas. Pero no se preocupen que las situaciones están construídas muy bien. El arranque de la serie es inmediato y toda la vida del protagonista se pone patas arriba. Después, a la salida del tratamiento de una crisis nerviosa descubre que su mujer está con otro (un humanista de aúpa), lo cual no ayuda nada. Y si bien todos los actores lo clavan, el personaje de Alice Morgan (Ruth Wilson) merece una mención especial, ya que es el resorte que irá consiguiendo que todo se ponga en movimiento una y otra vez en la vida del protagonista. Alice es capaz de llegar todo lo lejos posible por simple curiosidad y lo que ella llama amistad (aunque yo creo que está enamorada hasta las trancas). Sinceramente opino que todo hombre necesita una Alice Morgan en su vida que haga esas cosas tan divertidas. Las llamo divertidas porque me hacían reir, pero hay quien puede ver cierta maldad en sus actos, hablamos de timoratos, sin duda. Aparte es capaz de ganarle una y otra vez en cualquier discusión, lo cual siempre ayuda y entretiene.
A lo largo de seis capítulos de una hora las causas de esos actos al límite de la ley serán cada vez menos justificadas y mucho más personales, finiquitando la serie con dos episodios que es imposible no ver consecutivos y uno de los mejores villanos que he disfrutado nunca. Todo ello rematado con un final glorioso que promete más. De hecho, todos los finales de los capítulos expresan mucho y en ningún momento dejan de pasar cosas trascendentes. Sorprende y eso es algo que se agradece.
Perderse esta serie y morir por dentro es lo mismo. Hasta la música es buena y apropiada, escogen muy bien algunos temas. Nada en Luther recuerda a cualquier vergonzante producción española (la diferencia de nivel y lo que el público demanda empieza a ser preocupante)… ¿A qué esperan?
El dibujo pretendía ser algo válido para una viñeta de cómic. Que se pueda entintar fácil y sin entrar en el realismo exagerado. Algo que se pueda repetir, vaya. Ha sido un experimento que quería probar y ahora a ver si lo entinto y coloreo siguiendo ese rollo. Por cierto, Kalitro, he dejado las crucecitas por tí.